Detrás de las cuencas
Cielo de blanca claridad velado,
se escarcha frío el hielo
en la ingravidez de la tierra
y en el dulzor del rocío.
Las hojas aún muestran el otoño
en la desnudez de las ramas
y en la ocre piel que el suelo alfombra
descansa ya la savia
imperceptible de los tiempos.
Caen los rastros del cielo
en los copos lentos de la tarde,
caen también mis ojos
cuando miran a los ojos
de tu cuerpo
y blandes la sonrisa
que abre del mundo la tranquera.
Vienen de los villancicos los ecos
melodiosos entre las caracolas
que tejen el calor en tu pecho,
los engranajes del viento
se enredan en mis temblores
y mis manos, tan conocidas,
roran la sedosidad de tu pelo.
Vuelve cada año la Navidad
y sé que de tu corazón
nace bruñida la sonrisa
que inunda de mis ojos
las cuencas…
© José Luis
3 comentarios
José Luis -
Juan Valjean -
creyéndote un Dios, qué digo un, Dios del todo y sobre todo.
Ótros, en las llanuras, igual que ciegos, píamente loando al dios ingrato.
Escribir no digo que lo hagas mal, pero como persona dejas bastante que desear.
Gobina -
Besos