Ante la puerta
El cielo
en su oscuridad
se abriga de estrellas
y suspira la luna
por poder verlas.
Custodia lo que soy un sitial
en la floresta de la aurora
y recias las nubes de invierno
derraman sobre mí el horizonte
ocre y espeso de la tarde
y se arremolinan las olas
doradas y espumantes
en la oquedad de la caracola
que escucha latidos de viento
y de amanecer con sus arreboles
mientras derrama la noche
en ánforas su pensamiento
de luz y plata impenetrable.
Tus pasos en la sombra
acompañan blancos los rayos
sedosos y húmedos de Diana
ataviada de ámbar y gasas
tenues como mis dudas
o tu presencia.
Volveré a abrirte la puerta
verdemar de la inconsciencia
y volveré a ver tu cuerpo
desnudo entre las yemas
furtivas de mi pensamiento…
© FreeWolf
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