Carne a la brasa
El fuego ha tomado de la madera
la capacidad abrasiva de la muerte
y las brasas, empática transmutación
del día y la noche con sus ciclos,
cárdenas irisaciones de las cenizas
aroman en la carne expuesta el sabor
de la conservación y supervivencia.
El olor del humo se compacta en el aire
y se alarga en el cielo como un cometa
que atraviese el velo de la noche
mientras desciende orbital entre los puntos
luminosos de las ciudades y sus acontecimientos.
El calor por la piel resbala con las pavesas
que etéreas se desconciertan como una tarde
en la que el crepúsculo ha sido ocultado
entre grises nebulosas de impotencia y furia.
Paladean los comensales en la mesa
furtivo el aroma de la sombra
que con el plato se acerca…
© José Luis
3 comentarios
Marcos -
Un abrazo, amigo.
José Luis -
Ya sé que me visitas y te lo agradezco, yo también te visito... y sé que usas la cámara para tus recuerdos...
Un abrazo
Marcos -
Un abrazo, amigo, siempre te leo, pero casi nunca comento, lo que pasa es que esta foto haca hablar a los muertos, yo hasta huelo desde aquí el perfume de esas "flores"