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Canto de Halloween

Bichos
que coreáis trigueños
el rumor del silencio
entre los cerúleos cristales
del profundo sueño,
tornad a la morada lóbrega
entre las dagas de la sombra
que arenosas laceraron mi tiempo
en las carnes del averno
y mostrad exangüe mi sonrisa
entre los espesos alaridos de los muertos
antes que dejen estos labios
en su último suspiro
este verso…
© FreeWolf
La espera

La habitación
inmoviliza entre sus paredes
la quietud quitada a tu ausencia
y que los sonidos del mar sosiegan
cuando suavemente llegan del crepúsculo a la ribera
entre las últimas luces que dejaron en ti mi memoria
como un beso que nunca acaba
y que apura salvaje el rumor de aquellos roces
en la delicada cutícula del deseo…
Quiere Cronos grabar
en mis manos tu sonrisa
fresca entre las auroras blancas
que el invierno abandonaba
entre las sábanas recién planchadas
cuando la calidez era la rosa amable
de pétalos escarlatas y carmesí los labios
del encuentro inefable.
Llega hasta la ventana el aire
que la tarde traía en los largos paseos
alrededor del tiempo y de tu cuerpo,
cuando erizada tu piel
en el recorrido de mis dedos
invocaba intangible la melodía
del anhelo entre mis brazos
y tus recuerdos.
En mis pensamientos he cambiado
nuestras sabidas palabras
por acentos extraños
para que en el silencio de la noche
y ante tu sola evocación
no me hagan al alma daño,
porque no es la soledad lo que temo
sino no saber dónde me aguardas.
¡Duele tanto la distancia…!
© FreeWolf
Mis brazos

mecen los recuerdos
en la arena blanca
en que se baña el silencio
en un instante
en el que la luna
abandona su sueño
y resbala
sus rayos tenues
por tu cintura
y pelo.
Retienes
afectuosa en tu oquedad
los momentos del encuentro,
recónditos en la frente,
y ligero sientes el hormigueo
en el rubor confuso y el murmullo
que recorre pálido tu pecho
mientras dejas que mis dedos
se diluyan en voluptuosidades…
y lentamente accedan a las brumas
que desintegran tu imagen
en el silente misterio de la noche.
Abres
con una sola de tus palabras
las vaporosas puertas de la complacencia
donde los vestigios
cedidos por tu presencia
fluyen tenuemente
en el proceloso mar de la inconsciencia
y el ensueño.
Suena el reloj
que me mantiene despierto
con su tic tac
constante e inquieto
y sus manecillas
como tus besos
me traen el amanecer
de la calidez de tu cuerpo.
Y ahora
entre mis brazos dormida
mis labios agradecen
tu inmanencia en una sonrisa.
© FreeWolf
Camino del cementerio

del deseo con los labios negros
que deja la muerte
en el dolor y el estrépito
y hagámonos realidad
en la inflamada carne del averno...
Refleje nocturnidad el día
entre los perfumes de las pútridas flores
que fraguaron arrancadas de su savia
el recuerdo de unas ánimas...
Que la rueda de la rueca ruede
entre las risas de las Parcas
mientras inerte el cuerpo se amortaja
entre los grumos de polvo y sangre
mientras al puzzle juegan perdidos
entre el cielo y tierra los innombrables.
Y de nuevo comienza otro hilo
la bobina de la vida,
se acuerda la prestación sombría
de su despojo y el encargo
de su elixir imaginario...
Dejemos a la distancia y al olvido
el recuerdo de los amantes
cuando tratamos de recomponer nuestra historia
entre la realidad y los sueños
mientras nos abandonan las imágenes...
Los escamosos huecos de las mentiras
tintan de hiel la esperanza amada
entre las sacrílegas sábanas
que ahora comparten la impuesta tristeza
y el impenetrable silencio de una lágrima
de miedo muerta
mientras se desboca en desmañado trote
lo que fuera deseo
y cobija el sufrimiento
en las fuliginosas tinieblas de un “te quiero”
No anunciarán las cornetas
el nacer de la alborada...
Bruna la lluvia
inunda el alma que aún niña
juega entre los brazos fuertes del cariño
cuando enferma la lejanía
las manos de incomodidad y ausencia.
Los ojos miran en el recuerdo
la casa paterna...
y tiemblan.
Y otra lluvia ciega al dolor...
y consuela...
Puede el llorar en su llanto
fecundar en Gea la rebelión de los tiempos
mientras las manos contienen el abandono
de lágrimas en los profundos pozos
del desconsuelo
cuando a ellos llegan los sollozos
de los suplicantes.
Y puede que en la ilusión soñemos
con fin del baile
en las playas blancas del suspiro,
donde reposa
de mi ser
el sufrimiento…
© FreeWolf
Apoyado en la corriente

Impalpable la bruma entre los dedos
aquieta otro inexplorado mundo
abierto entre las efímeras yemas
del deseo,
mientras se ruboriza el silencio
que trama en los oídos la melodía
prendida en el sereno mirar
del cielo,
cuando los ojos dictan las palabras,
tendidas voces de rumor ceñido,
que volátiles abrigan el rocío cubierto
de besos
cadenciosos entre los pulcros labios
que tejen el son de inéditas simetrías
y lograron pronunciar entre sus pausas
te quiero.
Suave desciende el crepúsculo
cárdeno
en su intimidad recóndita
y el oro que cede velada la tarde
entre las vaporosas destilaciones del tiempo
entreteje a la luna las resonancias cedidas
en mis pensamientos...
Aguardo inconscientemente
que más allá del horizonte
serena la corriente
de mi voz encamine la estela
mientras pronuncio tu nombre...
© FreeWolf
... humano... el tiempo

contemplo recostado en la barandilla
el fluir constante de los pensamientos
que van tras los fugaces pececillos
entre la neblina del ensueño
y el dulce pasar del tiempo...
Y mientras las palabras
me sosiegan con los brazos
de la quietud y el aprecio
entre las incipientes lágrimas
que inundan el te quiero
de quien comparte mis vivencias
y me revela intensamente
custodiado y dilecto...
Libamos en las jugosas viñas
del Edén las mieles
destiladas en los atávicos rincones
de la voluntad y el consuelo
y enredamos como niños
que juegan a ser mayores
mientras encaramos la vida,
nuestra hoja en blanco,
con afanosas dosis de equilibrio
y esperanza...
Las estrellas
que nos guardan
en el caminar de la noche
rilan en los corazones
las melodías espontáneas del aprecio
mientras las palabras
entre los sonidos del silencio
marcan el compás
que inicia el grato encuentro
con los planeos de la luna
que derraman albos en sus aleteos
el prodigioso polvillo del anhelo
que atrae la piel desnuda
en el silencioso estremecer
de un beso...
Los recuerdos surgen del ayer
de esas flores blancas
que veíamos por la ventana
entre los perfumados campos
que la infancia guarda
y los cantos en sus voces
todavía creen en los tesoros
ocultos en el alma,
abierta flor
que en su perfume atrae
cadenciosa de la armonía la danza,
mientras desliza la lluvia su empeño
entre los pistilos carmesí
del recuerdo...
y el tiempo
en la tierra del verso
titila mortalmente eterno.
© FreeWolf
De una flor blanca...

La almohada
cobija blancos los pétalos
de la esperanza
en tus sienes
y en las tersas sábanas
mientras recorre tu piel
el temblor de unos besos
que ondean entre la memoria
del agua y de la distancia.
Realzas la mirada
en la arcana memoria
de unos juegos
y unas carcajadas
exhaladas al aire
como se ofrece una sonrisa
a la persona amada...
Hueles a pétalos
frescos en la madrugada
cuando cubre el rocío la tierra
con los recuerdos de las alboradas
entre los labios que te conquistan
y los brazos que te resguardan.
Las notas
que clamaban en la niñez tus esperanzas
y en la mocedad cristalinas lágrimas
acompasan ahora tus sueños
entre los cálidos roces de unas palabras
que son aliento
y coraza...
Sueñan esas palabras
alcanzar los dedos
y posarse en tus palmas
para oír la melodía que resuena
en la hondura de tu alma,
y dejarse acariciar
como se mima la piel
de la persona amada
en una cálida mañana
entre los jubilosos cantos
que los pájaros irradian
en las ramas verdes
de la añoranza
cuando cárdeno el alba
irisa esplendorosos los rayos
de la esperanza
y trae entre sus brazos
torrentes de oro y plata
para engalanar tu frente
de inolvidables emociones
y de deleite
que vibrar hacen las campanas
que aguardan al mar
y a la vuelta de los nautas
que emprendieron su ida
a tierras lejanas
en la búsqueda recóndita del tesoro
que es la esencia de una vida
que no tiene otra meta
que la de ser
entre corrientes amigas
transitada...
Sabe la mañana
que entre la bruma
está silenciosa tu mano,
esa mano que algunas tardes
me esperaba a la salida de casa...
y de mi inconsciencia,
cuando eran las risas
límpidas y rumorosas
entre los retozos
de unos pétalos
que aguardaban su aroma
y el polvillo de las hadas...
Mano
que resbala
por la cara
y mi alma...
buscando
enlazar la pieza
que ahora,
con las sienes plateadas,
susurra a sus sentidos
risueñas melodías
las noches de luna llena
entre los trigales
que un lobo
concibió inagotables...
Deja
que te balancee la aurora
de la flor cándida
al compás lírico
que elogia tu ánima...
Aunque
en ciertas ocasiones
no salen
mejores palabras
que esa caricia
en el alma...
© FreeWolf
Hilos de Ariadna

Se acercan las palabras amables entre los ecos que la tarde refleja en tu cabello mientras las nubes se alejan de mi pensamiento y se alojan entre las sienes los recuerdos y en los besos escritos tras la jornada que muere como las cartas que no tienen palabras porque la bruma y la mirada invisibles las vuelven...
Veo el rastro de la sombra irse más allá de la tierra mientras acoge tu aliento el fulgor de la alborada entre los resueltos cantos de las avecillas que guardan nuestros sueños con las hojas otoñales que demoran el último céfiro porque saben que entonces tú y yo ya no estaremos...
Y tornan los roces a ser quietud en el boscaje e inmensidad en la tenue lejanía mientras nuestras manos, serenas en su inmanencia, integran inseparables la precisa urdimbre del espíritu que nos une...
© FreeWolf
Rumores al viento

de nuestro secreto
que desposeen a la realidad de sus espinas
mientras resuena el eco de nuestra canción
en la antecámara del silencio
cuando danzan carmesíes dos hojas
el vals del recuerdo
y los pensamientos
ondean como cometas...
al viento.
Las palabras
son los gratos vestigios
que el ayer renueva en cada encuentro,
y en cada flor que se abre
rumorean el sosiego
mientras las notas de un violín
arpegian mi sentimiento...
Finos son los hilos
con los que se teje un beso...
en el tiempo de la soledad
donde las cavilaciones son luciérnagas
que pululan la oscuridad
irisando purpúreo el recuerdo
que vela entre las espesuras
fugaz el destino de los versos
mientras el sol afierra entre sus rayos
la torneada calidez de unos labios
que revelan tu nombre
entre rumores arcanos...
© FreeWolf
Rosas blancas

Florecen rosas blancas
en el jardín de las evocaciones
donde antes hubiera líneas,
las que componían tu nombre.
Y esconden sus pétalos
la suavidad del roce
de tus labios de seda
mientras dices mi nombre.
Envidiosas las sombras
fugaces entre las flores
requieren de la luna
que no acuda esta noche.
Que no acuda esta noche
que no acuda
si no les trae tu mirada
alba entre las flores
© FreeWolf