Se muestran los artículos pertenecientes a Septiembre de 2006.
Anorexia

Perdida tras el espejo
deambula triste la figura
entre las sudorosas lágrimas
de un vómito y los dedos
que la llagan.
El espectro fue sesgado de su alma
y de la tierra madre que pisaba
por la hoz ácida del miedo
de no ser quien ya no era…
El carmesí de la mirada
son esas pequeñas rayas
que cada vez más la acercan al infierno
de la nada y las manos,
esas manos que quieren ampararla,
y que son cortadas de cuajo
en el dolor de una cama
que es postración
y silencio.
Suicidio a la carta…
© FreeWolf
Tarde confusa

Las palabras que llegan y calan agrandan a la vida su sentido mientras fluctúa el sentimiento revestido de retruécano entre los celajes toronja y las lenguaraces nieblas del naufragio mientras turbulenta la pasión accede a plegarse y fijarse al cofre tras exonerar los sueños…
Así como el mar en su inmensidad produce la infinitud del pensamiento, las letras, fieles compañeras, en las ondulaciones de mis momentos dejan como estela la bóveda naranja de tu miramiento.
El confuso cielo de la tarde reviste furtivos aromas que hipnotizan la mirada… y hasta el ánima.
…el tiempo añora en su fugacidad a la aurora y su encuentro…
© FreeWolf
El cofre guardián

La rosa
de la espina necesita
y ser lo justamente inaccesible
para que no se desmorone
cuando es rozada por la brusquedad,
y la espina
precisa de la rosa
para que su existencia
no ignoremos...
Son tus recuerdos los que me atan al amor de los tiempos porque cincelaste con imágenes mi semblante en la perpetua roca del sosiego y su eco estremece el rocío que se asienta en los placenteros valles del anhelo y en las indelebles mañanas en las que el sol se extiende en el cielo y se abren tus labios en el momento que pronuncian mi nombre, y es entonces cuando la vida, mi vida, se colma y trasciende…
En el blanco lienzo de la alborada reclamas los colores de mi sangre y pensamientos, y a ti me acerco con los pinceles cárdenos del atardecer que entre los celajes recorre mis dedos y que, por etéreos, vagan en el camino de los sueños y las texturas amables de los labios que emiten el eco de los inmarcesibles valles del susurro y el silencio, y es caricia, y es viento... que todas las mañanas deposita sus besos en los espejos que otean tu piel cálida del deseo entre los abrazos y los ensueños, deja tu nombre donde el tiempo no consuma las letras con su progreso; ven y olvídalo en el cofre de mis recuerdos…
© FreeWolf
Palabras en rama

perplejidad pura,
despliega sus tramas
entre las horas del día y el trance
mientras aclara el refinado juego de las sombras
nuestras oscilaciones con la distancia…
Y la luna que llena la amistad de la noche
nos regala entre los brazos amantes
la incertidumbre del beso
que ahuyenta la muerte...
Gratas las palabras
mecen el agua
que recorre los jardines del alma
cuando el atardecer olvida nuestro nombre
en sus propias entrañas.
La distancia
perpleja se quedaría si no ignorara
que entre mis palabras
y tu ánima
ni un ápice
nos separa...
© FreeWolf
Entretiempo

Sus líneas se tornan puntos inquietos que etéreos desfilan por los espacios del recuerdo y transfieren la apariencia de unas manos deslizándose apacibles entre los instantes del letargo que anuncia ineludible la evidencia del encuentro cuando las hojas renuncian a la savia del cuerpo y tras su tránsito completan la cutícula del sedimento.
La nada fluye en el soplo que traspasa sinuosa la cavidad de la memoria mientras se forja un te quiero en la garganta y en su sonido imita el eco la respuesta del cuco a las puertas de la péndola en su inmanente tic tac mientras suspendida la mirada a la entrada del firmamento retiene entre tus labios la felicidad en una lágrima...
© FreeWolf
De la noche

En la estela del mar
se disipa la mirada
en un inmarcesible reflejo
mientras invariables las olas
envejecen tenue el sonido
distraído de las sirenas
en la reminiscencia del ocaso
que levemente se pierde
entre los frágiles matices
que oculta el horizonte
en su hondura agreste.
Del silencio vacío las imágenes
que la tarde detuvo en mi retina
mientras seguía travieso los pasos
cárdenos del encuentro
cuando el sol abandona su altura
y deja en la penumbra
tu presencia en un beso.
El calor siento de tu abrazo
y el roce de tus dedos
y las palabras te quiero
surgiendo de la noche.
© FreeWolf