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Sensaciones

Camino, la noche siempre consigue ese efecto de trasladar las sensaciones a las esferas del silencio y la inconsciencia.
Recuerdo que la tarde volaba con alas de golondrina, rápido y con quiebros, serpenteando la velocidad y los arrecifes del viento.
Paso entre la gente y no escucho sus latidos, sólo veo las figuras de espectro ultravioleta entretejiendo paños de vida y de misterio, la telaraña urdida en la profundidad de una cueva donde los bisontes rojos y fieros eran el motivo de iniciación y trofeo, de aferrarse, de alguna manera, al paso ineludible del tiempo, de sobrevivir a los zarpazos de la muerte.
Indago en las palabras el conocimiento acumulado tras su articulación y transmisión, tesoros en los que la verdad toma diversidad de formas y pensamiento.
De nuevo se cruza alado el cielo incorpóreo y risueño, sacerdotisas irisadas visionando imágenes del tránsito con las que recomponer las almas que no vuelan, las que todavía contemplan atardeceres, curiosean el aroma del tiempo y se aferran mortalmente a sus atuendos y amistades.
¿Quién no ha notado alguna vez un roce inexplicable... a su espalda?
© FreeWolf
Luna rasgueada

Un manto azabache es la noche a los hombros de Selene.
Imperturbable el ojo blanco mira las luces
que se expatrían con las sombras y las almas.
Las calles callan.
El mundo cercano descansa en el bullicio del orbe simétrico.
Repiquetean los ecos tras los pasos del destino.
Los árboles mecen los sueños de los pájaros.
Vuelan las luciérnagas del pensamiento.
Mis dedos recuerdan tus caminos de piel y aquiescencia.
El tic tac del reloj suena maquinando la alborada.
Una guitarra anhela los acordes de la luna y del silencio.
© FreeWolf
Una vez al mes

Los acontecimientos atraviesan la puerta de lo posible en los intersticios de la inconsciencia cuando las palabras anuncian y celebran el don de una idea y los sonidos envuelven los paños de la noche en haces de luz sugestivos y sensibles.
Cortejo a la luna en sus fases como aullido que se prolonga en la oscuridad del silencio y entreteje las ramas sinuosas del tiempo a los átomos transparentes de las lágrimas vírgenes de los ojos que nunca duermen y que lo ven todo.
Una vez al mes el jardín de la flor eterna me envía el aroma de los pétalos extraviados en el recuerdo de tu piel acariciada. Una vez al mes tus labios me recuerdan el sabor y la pasión de los besos entre las olas que voluptuosas reverberan el azur de tu mirada y los escarpados cielos que perfilan las nubes con las letras jamás reveladas de tu nombre.
Las mariposas que guiaban nuestros pasos por el edén perdido aletean las tersuras del anhelo entre los rumores perfumados de las rosas en nuestro libro guardadas...
© FreeWolf
Náufragos de tiempo

Bruñidas superficies entretejen la media tarde
entre los celajes brumosos y tórridos.
Los caminos, enredados a mis pies,
alargan los minutos y la distancia.
Reverbera el eco
y en su expansión me devuelve tu voz
no conocida y afable.
No hubo necesidad de palabras,
el dinamismo incandescente de los cuerpos
irradiaron el abrazo.
Fuimos náufragos de tiempo.
Las palabras, como iceberg,
lucían en su pureza los primeros balbuceos de un niño
ante el mundo que a descubrir empieza...
y en el trasfondo se agitaban unas a otras
en multitud de preguntas, de respuestas y secretos.
Se agolpaban las flores
multicolores en redor de la figura canina
y el hierro forjado en su telaraña
sirvió de palio a nuestras miradas.
Un instante soñado o figurado
que dura lo que una imagen
retenida en las entrañas.
Acudirá a nuestros labios
el silencio callado
queriendo desentrañarse más allá
de la fluyente ría y sus pasarelas...
y te veré feliz alejarte
cárdena entre los soles
que de tu corazón manan.
© FreeWolf
Despacio

Perdido por el campo entre los colores y los rayos
me sorprende la tarde.
Voy dejando que el ojo invisible
descubra la inconsciencia de la naturaleza.
En cada clic atrapo un instante,
fugaz y eterno, de lo que es la vida.
Me dejo apresar en los arbustos gorgojeantes
y en las alas ingrávidas del cielo.
Oigo el rumor de la corriente y las sombras.
Unos ojos en la maleza se asen junto a sus alas
en el rastro azur de la mirada.
Imperceptiblemente me acerco al silencio.
Al igual que yo, otro ser, contempla despacio
la perplejidad ante el espejo.
© FreeWolf
Mundos en miniatura

La tierra fertiliza el fruto de las estaciones
como el mar recoge en su sórdida profundidad
el poso suculento de las imperfecciones.
Se incrustan pertinaces las simientes
en la pulpa grana de las humanas delectaciones
mientras gozoso atiende el sol la cadencia
de los nublos y de los astros los acordes.
Un suspiro es entera la vida con sus paradojas;
se fragmenta cada día indeleble la existencia
entre las inmensidades del alma y los ocasos
en pequeños mundos de la locura inseparables.
Pequeñas las esferas giran en mi cabeza
trayendo y llevando en los recuerdos
vívidos las voces íntimas y los frutos
de los secretos depositados en tus sueños...
© FreeWolf
Fuera de sí

Hierro
eras en las entrañas candente
toronja del amalgama,
en el frío ajustaron tu silueta
desnuda y clara.
Siempre tuviste un vacío,
un sombra despeñada
en el camino que el río
hacía por el puente a su marcha.
Tantos días
tantos
a la intemperie del tiempo
y sus sinuosos pasados.
No me llegaría a sorprender
que un día,
una mañana
vieras a su ritmo venir
tu otro contorno
soñando...
© FreeWolf
Una noche en el tiempo

Ulula el viento fuera
y la noche azota los árboles y sus hojas
con las vigorosas sombras de las llamaradas
mientras la madera cruje y llora...
Ligeras las lágrimas anuncian candente el remolino
que se eleva entre las avivadas venas del cielo
y un sudor de sangre recorre las profundidades terráqueas
invocando a Hades.
Verteré en la hoguera los recuerdos venideros
para que las Piedras Abraxas los acunen y mezan
en los brazos de los sueños
y puedan crecer y volverse reales.
La luz de las llamas juguetea
con las figuras sugestivas de la noche
entre las nubes en el cielo ocultas
y las especiales sensaciones que produce el fuego
en el transitar del alma...
Hubo un tiempo en el que los jóvenes
en corro alrededor de la hoguera
entonaban cánticos de guerra
y se probaban a sí mismos en su arrojo
pasando por encima de las brasas.
La noche más corta
retiene en sus ensueños el Puck
que todos llevamos dentro...
© FreeWolf
Arrumacos

Os han sorprendido mis ojos
entramados en la calidez de la tarde
y han vuelto la mirada atrás,
en el tiempo,
han evocado otra mirada
y otro abrazo...
Enamorada el alma
se abandona al encanto de un beso
entre los arreboles del mar
arrebatado en sus olas,
yendo y viniendo
en el espumoso recuerdo de los barcos
que abordan bucaneros los tesoros
escondidos en las oquedades
oscurecidas de los tientos,
y mis brazos
y tus brazos
arqueados alrededor del cuerpo
enrejados en la avidez furtiva
de los jugos placenteros.
El tiempo nos toma en sus manos,
confundidas en las nuestras,
y en los recorridos piel a piel
hasta la profundidad libídine
y primitiva del orgasmo.
Eran tardes prohibidas
y cobijadas por una pared
o las ramas de los árboles...
© FreeWolf
Alrededor del silencio

Te has tomado la tarde para ti,
paseas tranquila
y liberas los pensamientos,
por un parque,
de la atadura del cerebro.
Quiere su reposo la consciencia
lejos de la almohada y el silencio
en la paz de piedra escrita
entre letras y monumentos...
La fuente en su goteo marca el ritmo
de la música en tu cabeza,
gota a gota volatilizas el pasado
en rastros perfilados e incoloros
de lágrimas y de aljófares
suspendidos en el aire.
Alrededor la gente
ajena a tus introspecciones
pasa y recoge el silencio
y el rumor secreto de un corazón
convergente con el universo.
© FreeWolf
Eran otros tiempos

Las manos
aún recuerdan los paseos
de la tarde por la alameda,
el perfume prohibido
y en los bancos del parque
el sabor de los besos.
Eran aquellos tiempos
inconscientes y libres
en los que se nos asomó el amor
a la ventana de la adolescencia
propia de dos corazones
que iniciaban su andadura
por los mundos de la inocencia
que lució risas y secretos
y a veces imprudencia...
Reflejos de aquel entonces
son la muestra de nuestro afecto,
respeto y sentimiento...
y a veces
desbocados ensueños.
© FreeWolf
El verano

Las horas
parecen detenerse en todos los escaparates
y contemplar parsimoniosas
de las gentes el paso.
El día dilata en el cielo las nubes
y azures acarician mis dedos
en el mar de la tarde tu cabello.
Rastros de plata
aúlla llena la luna
en la corriente serena
del Tormes por Salamanca.
Soltaré mis pensamientos
a la orilla del río
y dejaré que se pierdan
en la ribera arenosa
del tiempo...
© FreeWolf