Se muestran los artículos pertenecientes a Marzo de 2007.
Sobre las nubes

En las yemas de mis dedos
acaricio tenue tu figura
en inadvertidas introspecciones
mientras recorro con suavidad
las líneas que estremecen concéntricas
el paso del deseo
y ríe la lluvia en tu hueco
con el rumor de las ondas
que clarean púrpura la mañana
entre los briosos abedules del valle
que custodian ancestrales los elfos...
El fragante viento en su suspiro
se mezcla entre las flores
con el risueño canto de las calandrias
y tu sonrisa asoma penetrante
irradiando el verdor de los alcores
después de la bruma que viste
la noche en su manto
y engarza suave a tu pelo
carmesí un rosario
de besos...
Suben lentas las palabras
la garganta del silencio
y la aurora de tus ojos
se graba en mi pecho...
indelebles son los rastros
de tu avance por mi cuerpo.
© FreeWolf
Llegado el momento

Una mañana de Marzo llegó la carta, esa carta con la fragancia de una distancia perfumada, que traía en su remite los embates del mar que escondía tras sus fucilazos la luna, y las letras, envueltas en el papel de seda que usábamos las tardes tormentosas en las que encubríamos la risa en estancias de pureza...
La mirada recorría azules las runas en cobalto cinceladas con los perfiles de la inconsciencia pretendiendo absorber en un suspiro la vida misma en la que se asila cada grano de rumor y silencio, con los que aderezar los instantes que una vez soñados se escapan y que ignoramos en qué fragmentos se esparcen.
Entre las líneas en blanco los dedos matizan la sombra de lo callado y sientes el aire arremolinarse entre la timidez y la audacia, y cómo se revuelve tu cabello tras las palabras que los nombres alcanzan, mientras sitúas acunado su rostro entre los pliegues de los recuerdos y de nuevo a los ojos vuelve cómplice el destello de la inexperiencia...
Nunca fue echada en buzón alguno, ni siquiera pasó por manos que la verificaran. Sólo asumió su momento antes de que fuera tarde...
© FreeWolf
Entre sus manos...

Una sola palabra,
una única imagen en la antecámara
del crepúsculo eludía el paso
de las lágrimas por la piel
sedosa de la mañana
cuando brumosas las nubes
tristeza anunciaban.
Rilan las velas
del desasosiego entre los vehementes
embates del silencio
mientras cada amanecer
una alondra se posa en el alféizar
de la ventana y en su canto
los recuerdos brotan entre manantiales
de miradas proscritas
y en sus letras cartas
desgastadas.
Muchas horas en la penumbra
de la habitación releía los momentos
que felices traían de la infancia
el patio cubierto
de rosales y la hojarasca
donde escondía el valor
de la inocencia y las pupilas
se le agrandaban en la tormenta
y en el mar
cuando zozobra la cubierta
y barco presiente el final.
Al temblor de su voz
acudía el eco de la tarde
y las manos
y los besos
trabadas
escondidos...
Se cierran los ojos
en la inmensidad
del silencio y el abandono
en el recuerdo de aquel ramo
que simbolizó el amor...
que lo fue todo.
© FreeWolf
Curetes del pensamiento

No abaten las lágrimas
al mar que anhela,
entre los impíos embates del tártaro
y el acrisolado cielo,
sensibles los ojos
que no atienden su silencio
y las marismas de la noche
no tributan vaporoso el murmullo
que dejaron prescrito las náyades
en el pergamino de los tiempos
cuando el sabor de la manzana
amargo trajo el purpúreo rescate
de los hombres y su enigma.
Pretenden las luces
en sus sombras
ser el recóndito bosque
que cobije celoso las ramas
verdemares de la cordura
y de las quimeras
que abandonaron los dioses
en el futuro indeleble de los sueños
entre los temblorosos y pródigos latidos
que encubría pensativo Ida
el monte de la amante Rea
mientras depositaba justiciera simiente
de redención y castigo...
En su transcurrir incierto
la vida
a todos nos torna voraces
de los humores de las pupilas
y la sed furtiva del viento...
© FreeWolf
Paisaje

El camino desbrozado en el verdemar alfombrado contrasta árido con el sedoso roce de la hierba en el leve soplo de las abstracciones. No hay huellas que acompañen las distracciones del momento y libre vaga el corazón de la sombra en las alas del letargo. Sólo unas piedras rumorosas en su eco prorrumpen las voces que huyen del olvido.
Notan los pies rugosa la cúpula del silencio tras el pausado vuelo de los trinos alados en el interior del espíritu que tras las pupilas imagina perfecto el paraíso que sedujo de Eva su original encanto...
Dejaré en el trayecto reminiscencias e imágenes que el inconsciente puede que entienda...
© FreeWolf
No hay porqués

el camino de la noche
entre los arrecifes del sueño,
ni he roto las palabras
en el papel del silencio,
el que a veces no tañe
es este corazón inquieto.
No tañe como quiero,
ni late despacio,
aletea ruidos sin sentido
en el mar del estrépito
y cuando llega la sombra
y el recuerdo
la sangre se contrae
y firme la espita ciega
de mis ojos el humor
que segrega el quebranto.
No,
no he olvidado el camino
ni tu risa...
ni el llanto.
© FreeWolf
Lectura

Se graban en las manos púrpuras
los recuerdos que incitan las letras
mientras las cruzan los ojos tersos
y desentrañan ceñida la frontera
que retira del dilatado horizonte
el azur que resplandece el cielo.
No tengo miedo a las palabras
que encaminan muy lejos su eco
como no siento tampoco zozobra
de los corpúsculos de tu cuerpo
cuando abrazan en la quietud
las palabras “te quiero”.
Esperan en las yemas las flores
los labios que despierten gráciles
claros y aterciopelados pétalos
ocultos en glaucas y suaves sedas
entre blondas voces y sonoros rumores
que brotan del jardín de la primavera.
Y en el silencio de la inmóvil estancia
se proclaman conjurados unos versos
“Los ojos de la madrugada
dejaron junto a los pétalos
escondidas las lágrimas
reclamo del firmamento”
© FreeWolf
Descanso en el amanecer

Cierro los ojos,
suavemente deslizo la mano por la faz húmeda de la hierba
y noto cómo el rocío refresca mis sentidos.
Acaba de amanecer,
el aire se turba cárdeno entre la bruma inquieta,
los susurros de la mañana se desperezan
y recobran los ecos perdidos en la noche.
Tu cuerpo
aún descansa entre los pliegues del silencio
y tu pelo retiene en sus brillos los ardores del mar
en una ribera paradisíaca colmada de sol y blanca arena.
La espuma llega mansa
acariciando los granos que crepitan en la quietud
entre los nácares milenarios de la mañana
mientras pierdo la vista en el horizonte
verdemar, trémulo y solitario...
Hoy los pensamientos descansan
con los pies en el agua.
© FreeWolf
Eras estatua

Risueña tu cara
entre las manos sueña
de inagotables colores ser mariposa
mientras el cielo surcas y adornas
de arco iris y alboradas,
de crepúsculos y pasiones
adheridas a tus dúctiles alas.
El tiempo en el reloj de la tarde
eterna inmoviliza la hora
en los granos que ya no resbalan
por las lágrimas de la estatua.
© FreeWolf